Mother! es la última película dirigida por Darren Aronofsky, que como antes, hoy nos hace peinar la muñeca, un poco por su llamado a interpretar su juego creativo propuesto en pantalla, y aquí te mostramos qué es lo que pudimos ver, respecto de lo que el director nos quiso presentar.
Una película llena de simbolismos protagonizada por Jennifer Lawrence y Javier Bardem, que por supuesto tiene un final abierto y una narrativa circular que nos ayuda a jugar un poco al momento de forjar nuestras propias interpretaciones. Dejando en claro antes de empezar, que nada de lo que se vierte aquí es algo nuevo u absoluto, es solo nuestro punto de vista respecto de una película que está dando mucho que hablar, y sobre todo, que pensar.
Mother! y la Biblia
Primero citaremos al director que nos dice qué: “la estructura del filme fue La Biblia, y la usé para contar la forma en que los humanos vivimos en la Tierra”, y de aquí partiremos.
Lawrence está remodelando la casa (La Tierra), que espera “sea un paraíso”, luego de un incendio que sabemos sucedió antes, pero no sabemos mucho por qué ni cómo. Bardem por su parte, es un poeta famoso, que ve truncada su capacidad creativa y busca constantemente inspiración para lo que él dice es su fin en la vida: crear. Por lo tanto, tenemos en primera instancia un dios creador, simbolizado por un poeta que junto a su mujer buscan crear un paraíso propio luego de una tragedia que los obliga a “empezar de nuevo”. Pensando bíblicamente “cuando todo era un caos”.
A medida que avanza la trama no entendemos muy bien por qué, pero llega un primer extraño que dice estar perdido. Ed Harris, actor que encarna a “Hombre” simboliza a Adan, qué llega a la tierra, pero un Adan del que Lawrence desconfía, ya que se ve muy extraño y está lleno de vicios que ella no comparte, como el cigarrillo y el alcohol. Bardem de todas formas invita al extraño a quedarse en la casa, extraño que resulta ser un admirador del poeta como creador y provoca en él los primeros atisbos de creatividad, pues siente la casa viva y llena de experiencias ajenas que él puede tomar y utilizar, para luego crear.
Michelle Pfeiffer representa a Eva o “Ella”, que llega a la casa a buscar a su marido después de que en una escena a Ed se le viera (y perdiera) una costilla, mientras vomita en el baño (muy literal). Al llegar Pfeiffer, cuenta que el amor con su marido fue a primera vista, casi como si hubiesen sido puestos uno frente al otro, muy Adán y Eva. Así Eva pone más incómoda aún a Lawrence que ve que su casa se llena de gente que es muy rara, ajena e impura. Pues Pfeiffer representa la lujuria, la Famme Fatale, el egoísmo y la falta de empatía.
Aún así el poeta les permite quedarse, pues quiere “llenar de vida” la casa, quiere que las ideas fluyan.
Otro de los links bíblicos es la oficina del poeta, lugar dónde ocurre la creación, una reinterpretación del paraíso, ya que esta oficina emboba a Adán y Eva. Bardem incluso, les muestra una piedra hermosa y muy simbólica para él, resultado del anterior incendio ocurrido en la casa (o en la tierra) que guarda celosamente en su oficina (o paraíso), con la que Pfeiffer se obsesiona, aun cuando Lawrence le prohíbe la entrada al lugar sin que esté su marido presente. Por supuesto, la mujer termina rompiendo la piedra (el fruto prohibido), desatando la ira del dueño de casa quien clausura su oficina llenando de tablones la puerta. Lawrence intenta expulsarlos de la casa, sin lograrlo y Bardem los perdona.
Aquí el perdón es muy importante ya que explica el porqué de la permanencia de los otros personajes en escena. Ya que nuestro dios tiene una capacidad enorme para perdonar, sentir empatía y cuidar a sus invitados. Pues como hemos reiterado, son quienes le dan vida su espacio.
Así con los días llegan los hijos de Pfeiffer y Ed Harris, que son una clara representación de Caín y Abel, pues el hermano mayor está celoso del menor, ya que es más idóneo para heredar “el negocio” del padre enfermo. Acá el hermano menor es evidentemente el preferido, y tal cuál ocurre en la Biblia, termina por ser asesinado por su hermano mayor (quien debía cuidarlo), con un golpe en la cabeza. Finalmente, el hermano mayor, debe “vagar por el mundo cargando con la culpa”. Otra cosa muy bíblicamente literal.
Es aquí donde comienza a conformarse la tragedia, sobre todo para Lawrence que ve que su casa es cada vez más invadida, que su marido no la toma en cuenta para las decisiones, y que incluso ni siquiera la desea.
En el lugar donde muere el hijo menor queda una gran mancha de sangre que Lawrence lucha por sacar sin éxito. Simbolizando el nacimiento del infierno, pues la mancha se transforma en un hoyo que da hacia el sótano, y que ayuda a Lawrence a descubrir una caldera que más adelante será la detonante de la destrucción total o el Apocalipsis. Una manera muy creativa de representar al infierno. Es más, esta mancha aparece en dos oportunidades en la película y se relaciona netamente con los “vicios” del mundo que nacen a partir de la muerte y el asesinato entre hermanos, que debían amarse.
Luego y aunque parezca insólito, el dueño de casa permite que Pfeiffer y Harris realicen el velorio de su hijo en el hogar que han estado “destruyendo”. Lawrence comienza a colapsar y aparecen más personajes que vienen a representar los errores humanos y los vicios sociales que terminarán por destruirnos como sociedad. Personajes que pintan, destruyen y enturbian la casa en la que Lawrence ha trabajado tanto.
Aquí es donde el agua toma muchísima importancia, ya que, Larewnce les advierte a unos invitados que no se sienten en el lavaplatos pues no está bien agarrado, pero estos no escuchan y representan la necedad y sordera social característica del antiguo testamento y lo terminan por romper y destruir las cañerías de la casa.
Siendo aquí donde Lawrence expulsa a todos de su casa y su marido la apoya, la casa se moja entera, afuera llueve muchísimo y deben abandonar el hogar. Representando claramente la idea del diluvio.
Hasta aquí todo bien. La pareja por fin recupera la tranquilidad. Ambos tienen sexo y concluye en un embarazo. (Nuevo testamento)
De aquí en adelante la interpretación es clara. Lawrence lleva en su vientre al hijo de dios. Este está tan feliz que se inspira y termina por fin su obra maestra: los diez mandamientos.
Lawrence al ver la obra terminada, leerla y analizarla, llora diciendo que, teme perder a su marido. ¿Por qué? Pues porque como ella dice: “esto es demasiado”. Bardem publica la obra incluso sin saber si su público está preparado para ella. Esto asusta a Lawrence. La primera edición de la obra se vende inmediatamente y Lawrence se convierte en la inspiración principal, pues representa el amor.
Así comienza nuevamente la tragedia, gente de todo el mundo viene buscando a su salvador, los diez mandamientos producen un impacto real en el público y comienzan a llegar a la casa felicitando a su creador, y hasta aparece una editora que representaría a Moisés su fiel seguidor.
De aquí en adelante todo se vuelve muy simbólico, pues Lawrence embarazada, debe vivir la progresión de Jesús hasta la cruz y su posterior muerte. Vemos el nacimiento de este casi literalmente en un pesebre donde llegan regalos y existe un momento de calma (momentánea). La madre busca proteger al hijo y el padre busca mostrarlo a su público o seguidores. Existe una lucha entre ambos y finalmente Lawrence se duerme (no vence) y su marido termina por entregar a la humanidad su propio hijo, quienes terminan asesinando al bebe de una manera muy escabrosa y tormentosa. Llega el momento de la crucifixión.
Desde aquí todo empeora, pues la ahora Madre Tierra (Lawrence) se ve sobrepasada y por primera vez en toda la película asume el hogar como suyo y en medio del desastre decide echarlos ella misma. Aun así, no lo logra y termina siendo pisoteada por una humanidad (literalmente una humanidad dentro de una casa) que es egoísta y no se preocupa por nadie más que por ellos mismos y su bienestar.
Por último, Lawrence termina bajando al sótano, entrando al infierno y utilizándolo para poder liberarse del lugar que ni dios le permite abandonar. Así quema por completo la casa y lo que ella contiene. Bardem que no sufre ni un rasguño toma a Lawrence y la lleva calcinada y moribunda a lo que queda del paraíso (su oficina). Lawrence muy apenada le indica que ya “no le queda nada para entregar”, lo que nos entristece (espero a todos), pues ella agotó todos los recursos para lograr la felicidad de ella y su marido. Crear su paraíso.
Sin embargo, Bardem quiere aún algo que Lawrence tiene, y es el amor que aún queda en su corazón. Ella, ya cansada se lo entrega frente a la insistencia de su marido que indica: “que necesita crear” e intentarlo de nuevo. Así se crea una nueva piedra (o fruto prohibido), que anecdóticamente nace de un amor incondicional y muy puro que ayuda a Bardem a volver al comienzo de la historia para volver a intentarlo, esperando no cometer los mismos errores.
De esta forma se va configurando dentro del filme un discurso que radica en lo bíblico, pero que se traslada hacia lo social. Una representación de como abusamos de nuestro entorno y de cómo nos embobamos con todo aquello que parezca salvarnos de nuestros propios errores. De todas formas, como ya hemos mencionado en el post anterior, la interpretación es sumamente personal y los llamamos a comentar y discutir alrededor de la película que sin lugar a dudas nos posiciona en una creación dialógica, pues el director-creador, nos llama a que nosotros mismos terminemos su trabajo interpretando de la manera que mejor nos parezca.
Mother! y otros:
Bien dijimos que Mother! tiene múltiples interpretaciones, pero además, estamos convencidos que guarda aún más secretos de los que creemos. Pues por ejemplo algo que aún no logramos entender es qué importancia tiene el líquido que Lawrence toma cada vez que su corazón se convierte en piedra.
Por otro lado, la inquietante analogía que se hace respecto del amor nos parece hermosa. Pues al final de la película, podemos ver que lo que importa en el mundo es el amor. Siendo lo que nos vuelve humanos y nos permite existir dentro del mundo que dios configura para nosotros.
Así mismo la idea del tiempo cíclico, (intentos infinitos de Bardem por crear un mundo perfecto), puede hacer referencia al mito griego de la creación de mundo, donde los dioses crean distintos tipos de “hombres” (oro, plata, fresno, bronce y hierro o poetas) pues la creación del ser humano está basada en el ensayo y el error de los mismos dioses que buscan un ser humano idóneo para gobernar. Ahora también la idea de que exista una reconstrucción de mundo, o múltiples intentos por parte de dios, lo humaniza pues él también se equivoca y no puede controlar lo que ocurre realmente en la tierra cegado por su capacidad de perdón o por su sed de adoración.
Es interesante la construcción del personaje de Lawrence, ya que a pesar de representar a la «Madre» o el «Amor», su dramatización, su contextualización, su progresión dramática nos llama a empatizar con ella, la entendemos y la acompañamos en su angustia a lo largo del filme, sintiendo intensamente sus emociones, pero sobre todo, su desesperación y desconcierto, lo que nos mantiene atrapados y nos ayuda a generar juicios respecto de los otros personajes e incluso de sus relaciones.
Muy bien señala el director que este no es un film de terror o suspenso, es un Thriller psicológico, que busca perturbarnos, incomodarnos y hacernos reflexionar incluso de nosotros mismos nuestras actitudes, respecto del ser humano en general y la sociedad en la que estamos sobreviviendo. Incluso podemos relacionar lo anterior con el signo de exclamación en el nombre de la película, pues podría representar un llamado de atención o la impotencia de Lawrence al no poder escapar de su destino, ¿Volvemos a la determinación naturalista del siglo pasado?
También y para terminar (pues podríamos continuar) la selección del poeta como personaje representativo de Dios, nos parece una analogía hermosa, pues bien decía el poeta chileno Vicente Huidobro en su manifiesto Creacionista “Non Serviam” que la capacidad creadora era infinita, y el poeta era el creador de mundos por excelencia. Teniendo mucha relación lo anterior, con todo lo que ocurre en la película y la configuración de personajes. Esperamos, les haya servido y que Darren Aronofsky haya basado la elección de su personaje principal en nuestro poeta nacional y su concepción creativa. Pues sería un honor que nuestro país, aún en imaginación, estuviese involucrado en una obra al parecer “maestra”.